«Lo único que he podido salvar son dos cuadros y dos sacos con ropa. Aparecieron en el piso hombres de Conyser vestidos con monos blancos que empezaron a tirar cosas que eran mías. Llamé a la Policía Nacional y vinieron ocho policías. Yo pensé que me iban a ayudar, pero fue al revés. Uno bajito y joven fue el peor, me dijo que tenía sólo dos minutos para llevarme algo de lo que era mío. Me tiraron media vida a la basura y me humillaron».
Manuel Cherna García lo cuenta en su taller de zapatos ubicado en la plaza de Conquistadores (Colón), junto a la cafetería Abadía. Allí, este hombre de 70 años lleva 30 trabajando, rodeado de zapatos remendados, de viejos banderines del Atlético de Madrid, tacones y trozos de cuero. A su lado tiene un escuálido colchón. Está durmiendo en el pequeño taller esperando a que le adjudique una vivienda social.
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